PROCESOS PSICOLÓGICOS IMPLICADOS EN LA DESINFORMACIÓN: LA APASIONADA RELACIÓN ENTRE LA EMOCIÓN Y EL ALGORITMO
© Laura López de la Franca López
Universidad Complutense de Madrid
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El pasado viernes, 25 de noviembre de 2022, Inmaculada López, psicóloga y profesora de Psicología Diferencial y del Trabajo en la Universidad Complutense de Madrid, impartió en la Facultad de Informática de la Universidad Complutense, una conferencia acerca de las fakes news y la desinformación.
"Las fake news, los bulos y la información falsa siempre han existido como mecanismo para influir en otros y desestabilizar", comienza explicando Inmaculada López.
En primer lugar, la desinformación es aquella información verificablemente falsa que se crea y divulga para engañar deliberadamente a la población o con fines lucrativos. Este tipo de información puede causar un perjuicio público.
La conferenciante recalcó durante la hora y media cómo la desinformación es una amenaza en todos los sentidos, sobre todo para las democracias puesto que dificulta que los ciudadanos tomen decisiones informadas. La desinformación, además de ser una amenaza, incentiva el conflicto social. Uno de los principales problemas de la desinformación son las redes sociales, ya que se está viendo agravado dicho problema por el rápido crecimiento de estas. Como dato, la ira es la emoción que predomina en las redes. Podemos decir que la ira moviliza; nos resulta más atractivo, por ejemplo, leer en Twitter un comentario de alguien quejándose acerca de algo que leer en Twitter un poema.
En España existen actualmente 25 millones de usuarios en internet, de los cuales el 90% de la población, de entre 16 y 65 años, son víctimas de la desinformación. Podríamos afirmar que las personas hemos cambiado el periódico por las redes sociales. Esto se debe a que 4 billones se personas utilizan actualmente las redes para mantenerse informadas. Las redes sociales se han convertido en la primera fuente de noticias. Según un estudio, solo 3 de cada 10 usuarios de internet son conscientes de cómo les llega cierta información a través de las redes. El resto desconoce la procedencia. La Unión Europea puso en marcha, el 26 de abril de 2018, un Plan contra la desinformación, plan que exponía como amenazas los procesos democráticos y bienes públicos. Para hacer frente a este fenómeno, la Comisión Europea estableció un Plan de Acción para la lucha contra la desinformación, aprobado el 5 de diciembre de 2018.
La conferenciante recuerda que “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio” (Darwin, 1859). A propósito de esta afirmación, señala que las personas constantemente construimos la realidad sin tener todos los datos y esto se debe al instinto de supervivencia. Interpretamos lo que pensamos que vemos sin tener la información suficiente. Inmaculada López explicó cómo interpretamos de acuerdo con lo que pensamos y conocemos a través de las leyes de la Gestalt. Estas leyes son una serie de reglas que explican el origen de las percepciones a partir de estímulos.
Existe un factor importante, según explicaba Inmaculada, y es el atractivo de la desinformación. El primer responsable de hacer atractiva la desinformación es la propia naturaleza y nuestro cerebro. Nuestro cerebro es vulnerable porque es limitado y no tiene acceso a toda la información, lo que se conoce como economía cognitiva. Las personas somos resistentes a reconocer que somos vulnerables y que procesamos la información a través de un cerebro perezoso. La desinformación es considerada un problema de primer orden.
Además de la limitación del cerebro, tenemos que tomar decisiones continuamente. El cerebro toma atajos heurísticos, por lo que tiende a sesgar. Los heurísticos son atajos mentales a los cuales las personas recurrimos para simplificar la solución de problemas cognitivos. Por lo general, cuando hablamos de evolución nos olvidamos de la adaptación de procesos mentales.
Daniel Kahneman, psicólogo israelo-estadounidense, usa la heurística para afirmar que las decisiones no son tan racionales como pensamos, sino que son más emocionales y esto se debe a dos sistemas. Por un lado, está el sistema rápido intuitivo y, por otro lado, el reflexivo y analítico.
Las personas nos quedamos con la información que consideramos relevante. Cuando recibimos información, tendemos a seleccionar en el cerebro la información que consideramos relevante. Inmaculada, con este apunte, hizo pensar a las personas presentes en la conferencia, proponiendo un problema matemático creado por Daniel Kahneman: “Una bola y un bate cuestan 1,10 euros. El bate cuesta un euro más que más que la bola. ¿Cuánto cuesta la bola?” Con este problema, la primera respuesta que se te viene a la mente son 10 céntimos. Lo que distingue este sencillo problema es que evoca una respuesta intuitiva pero incorrecta. Si haces la cuenta podrás comprobar que si la bola costase 10 céntimos, entonces el total sería 1,20 euros (10 céntimos de la bola y 1,10 del bate) y no 1,10 euros. La respuesta correcta por lo tanto sería 5 céntimos.
Antonio Damásio, reconocido neurocientífico y médico neurólogo, afirma que en primer lugar se plantea una decisión y después se forman los escenarios en el cerebro. Antonio Damásio considera que es muy importante que aprendamos a considerar que las emociones y los sentimientos son dos cosas distinta, y que las primeras preceden a las segundas.
Inmaculada nos mostró cómo la información que recibimos puede causarnos varios tipos de efectos. Por un lado, está el efecto de anclaje que es un sesgo cognitivo que describe la tendencia a confiar demasiado en la primera información ofrecida al tomar decisiones, como ocurre con las rebajas. Por otro lado, encontramos el efecto de encuadre, este efecto es un fenómeno psicológico por el cual una misma información presentada de forma distinta da lugar a conclusiones diferentes. También existe el efecto halo, que lo que provoca es un error asociado a personas que no cuentan con datos suficientes y poseen elevada incertidumbre al emitir sus juicios.
Las personas también nos encontramos sesgadas. Así, está el sesgo de autoridad, por el cual las personas se fían firmemente de la información que emite alguien que se encuentra al mando; el sesgo de disponibilidad, en el que una persona estima la probabilidad de ocurrencia de un evento, sobre la base de su experiencia relacionada con un cierto caso de ese evento; y el sesgo de confirmación, por el cual las personas tienden a favorecer, buscar e interpretar la información que confirma las propias creencias dando menos consideración a posibles alternativas.
Por último, la conferenciante destacó que las personas somos animales sociales y es por lo que necesitamos vivir en grupos, grupos que de una manera u otra nos acaban posicionando.
Como conclusión, para evitar la propagación de este tipo de información, además de recurrir a plataformas de fact checking, existen algunas otras vías para poder detectarla. Por ejemplo, comprobar que la URL no es sospechosa y se corresponde con algún medio o plataforma reconocible, leer el resto de la noticia, es decir, no quedarse únicamente con el titular, ya que tenemos que tener en cuenta que los titulares se ponen de manera que la gente haga clic sin pensarlo. Y, por último, aplicar un pensamiento crítico y buscar mas fuentes de información de todo tipo para poder resaltar el contenido que haya llegado.
"El deseo, e incluso podríamos decir que el placer, de que una información confirme mis creencias y me reafirme es muy poderoso. Está relacionado con el sentimiento de identidad y de pertenencia al grupo. Por eso los mecanismos de fact checking son necesarios pero no suficientes”, concluye Inmaculada López.
NUEVOS LÍMITES A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
© Laura López de la Franca López
Universidad Complutense de Madrid
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Yolanda Quintana, periodista, cofundadora y secretaria general de la Plataforma por la Libertad de Información (PLI) y cofundadora y directora de comunicación de Cocampo, impartió, el pasado viernes, 2 de noviembre de 2022, una conferencia en la Facultad de Ingeniería Informática de la Universidad Complutense de Madrid acerca de los nuevos límites a los que se enfrenta la libertad de expresión en internet.
Durante su carrera profesional, Yolanda Quintana se ha dedicado a analizar el impacto de Internet en el activismo y en las organizaciones. Podemos observar su trayectoria en su libro Ciberactivismo: Las nuevas revoluciones de las multitudes conectadas (Catarata, 2012) y en su otro libro Ciberguerra (Catarata, 2016).
El pilar central de la conferencia es que las libertades en internet se encuentran en claro retroceso. El retroceso llega desde diferentes vías, como sería, por ejemplo, hacer humor en redes sociales, con un claro caso como fue el de Cassandra, una chica de 21 años que publicó libremente en la red social Twitter una serie de tuits en los cuales hacía bromas acerca de la muerte de Carrero Blanco. A consecuencia de este acto, la chica de 21 años fue condenada a un año de prisión.
Otros retrocesos que encontramos serían, por ejemplo, criticar a las instituciones en Internet, documentar con el móvil actuaciones policiales, organizar movilizaciones a través de internet o practicar el hacktivismo. El hacktivismo consiste en la realización de actos, normalmente maliciosos, en Internet con el objetivo de promover una serie de ideas políticas, religiosos o sociales.
Yolanda explicó cómo la alteración de webs en modo de protesta queda incluida en los delitos informáticos. También, los ataques puntuales de denegación de servicios. Del mismo modo, desafíos como la regulación de internet en asuntos del tipo de la lucha contra la desinformación y los delitos de odio, la defensa de la competencia y el pluralismo, la transparencia de los algoritmos o la reforma del copyright en Europa están amenazando el entorno digital, que durante décadas se consideraba más descentralizado.
Las nuevas normas aumentan la brecha del copyright, imponiendo ciertos límites, así publicar filtraciones, el derecho al olvido y el derecho a la información, la desinformación y los nuevos ataques o la privacidad y el secreto de las comunicaciones. Estos límites traen consigo una serie de prácticas de publicidad invasivas. En cuanto al derecho al olvido, Yolanda afirmó que las personas acusadas de corrupción tienen defensa legal y digital. Uno de los elementos para expresarse es asegurarse de que se está protegido, es decir, que no haya rastreo, pero cada vez hay más rastreadores y sus comunicaciones se encuentran menos protegidas. La Ley Orgánica 3/2018 se encarga de que nuestra actividad digital se encuentre dentro de unas garantías procesales y que exista regulación en las medidas de investigación tecnológica.
La conferenciante ha explicado cuáles son las amenazas y cómo se puede actuar frente a ellas, teniendo en consideración que internet ha sido una amenaza y las primeras amenazas fueron administrativas.
Como había dicho al principio, Yolanda Quintana es la cofundadora y secretaria general de la Plataforma por la Libertad de Información (PLI). Esta plataforma es una organización independiente dedicada a la defensa de la libertad de expresión y del derecho a la información. La plataforma se dedica a denunciar y frenar cualquier ataque contra los mismos. Formada por medios de comunicación, organizaciones de periodistas, organizaciones de abogados y organizaciones sociales y universales, la PLI se ha convertido en una referencia en cuanto a las denuncias de las vulneraciones contra la libertad de expresión e información en España. La conferenciante afirmaba Lo que termina afectando a nuestras decisiones es lo que llega al BOE.
Desde PLI defienden los derechos digitales haciendo visibles las amenazas a través de informes con el principal objetivo de intentar influir en el Parlamento Europeo. La plataforma maneja una serie de herramientas para monitorizar los ataques a la libertad de expresión, se posicionan en la movilización social, es decir, realizan un posicionamiento estratégico. PLI hace alegaciones ante un Decreto Ley, es decir, a través de una norma con rango de ley, de carácter provisional, dictada por el Gobierno cuando concurre una circunstancia de extraordinaria y urgente necesidad. Yolanda marcó las diferencias entre Decreto Ley, Ley Orgánica y Ley ordinaria para poder entender el frente de actuación.
Internet ha supuesto nuevas posibilidades para el activismo y la comunicación sociopolítica, un mayor control y escrutinio de poderes puesto que antes únicamente está en mano de los periodistas. La tecnología ha permitido nuevas formas de organización, un nuevo ecosistema informativo y nuevas formas de movilización social.
Yolanda nos presentó la Digital Services Act (Norma de Servicios Digitales), un nuevo cambio de paradigma que afronta una serie de retos que se han resuelto a través de normas. La DSA tiene como objetivo crear un espacio digital seguro donde los derechos fundamentales de los usuarios se encuentren protegidos. El 16 de noviembre de 2022, los grandes oligopolios de Internet están obligados a presentar técnicas de MODERACIÓN (control) de sus contenidos. La Norma de Servicios Digitales será directamente aplicable en toda la Unión Europea a partir del 1 de enero de 2024 por tratarse de un Reglamento.
El primer reto es el propio cambio del paradigma. El segundo reto es luchar contra el copyright y el tercero es luchar contra la desinformación. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad repitió Yolanda en varias ocasiones. Los nuevos límites de copyright suponen también un cambio en el paradigma, en la clasificación de los prestadores de servicios de intermediación como proveedores de los contenidos aportados por sus usuarios. La desinformación es una de las mayores preocupaciones de los países democráticos, puesto que detrás de la desinformación se encuentran, en numerosas ocasiones, estrategias para manipular a la opinión pública y erosionar la estabilidad de las instituciones y de los Estados. La lucha contra la desinformación trajo consigo la elaboración de un Plan de Acción con el objetivo principal del desarrollo de capacidades en el seno de la Unión y fortalecer la cooperación entre sus Estados miembros. El Plan de Acción, además, incluye una serie de medidas para hacer frente a la desinformación durante ciertos procesos.
La DSA tiene un fin legítimo, persigue el principio de legalidad a través de normas claras y concisas y el principio de recuperar la libertad de expresión. La conferenciante puso como ejemplo lo ocurrido con los dos jóvenes titiriteros que exhibieron en 2016 una pancarta en la que se podía leer “Gora Alka- ETA” durante una función infantil en una plaza de Madrid. Los dos jóvenes pasaron su primera noche en prisión, seguidamente el juez les imputó el delito por enaltecer el terrorismo.
Digital Services Act no impone una obligación general de control y supervisión de los contenidos. Recoge peticiones que la LPI viene planteando en lo relativo a la MODERACIÓN y retirada de contenido por parte de las plataformas como, por ejemplo, que se les impongan obligaciones de transparencia o la existencia de cauces sencillos y accesibles para que los usuarios tengan la posibilidad de reclamar. Las plataformas por muy privadas que sean, están obligadas a seguir estos cauces aclaraba Yolanda.
La conferenciante nos comentó cómo la DSA prevé que las grandes plataformas evalúen los riesgos sistémicos que genera el mal uso de las mismas. Una vez identificados estos riesgos, las plataformas deben tomar las medidas necesarias para mitigarlos.