© Laura López de la Franca López
Universidad Complutense de Madrid
El pasado viernes, 21 de octubre, Andoni Alonso, especialista en el filósofo analítico L. Wittgenstein, ofreció una conferencia acerca de “Luddismo” en la Facultad de Informática de la Universidad Complutense de Madrid. Andoni, partidario del trabajo colectivo, reivindica un luddismo sofisticado.
El conferenciante, mostrándose como un filósofo de la tecnología o mejor dicho un crítico de ella, comenzó hablando sobre Leonardo Da Vinci, sacando su lado como ingeniero, con el objetivo de mostrar cómo diseñaba con errores evidentes para el entendimiento de los demás, siendo uno de los primeros ludditas.
“La tecnología forma parte de nuestra cultura radical” afirmaba Andoni Alonso. El filósofo mostró que cuanto más peso cobraba la tecnología, el malestar en las personas era mayor. Por ello aplica la ética, en el sentido de reivindicar la capacidad de acción humana, siendo la tecnología también un acto de acción. A principios del siglo XIX, los trabajadores y trabajadoras vieron peligrar sus condiciones laborales debido al uso masivo de las máquinas en tareas, por ejemplo, agrícolas. Este uso masivo de máquinas hizo que las jornadas laborales fueran más duraderas y costosas, provocando una reducción en la demanda de mano de obra y, como consecuencia, salarios inferiores. Los trabajadores y trabajadoras entraron en acción, destruyeron la maquinaria de las fábricas, lo que conocemos como movimiento luddita. La rebelión de los ludditas implantó el pánico en las grandes empresas y terratenientes, ya que contemplaban el movimiento como un verdadero peligro tanto para sus empresas como para sus beneficios. “Había más ejército persiguiendo a los ludditas que a Napoleón”, añadió Andoni.
Andoni Alonso comentaba que el desarrollo tecnológico estaba basado en la fe, en un progreso sin cuestiones, es decir, esperanza en el progreso. Karl Marx, padre de la economía política, decía que los ludditas luchan contra el progreso, progreso que solo producía riqueza. Los ludditas sospechaban que esa evolución no era lo que les habían contado. Desde el punto de vista político, según Snow, el movimiento partía de 2 culturas, la humanística y la científica, donde los humanistas no recibían el mismo reconocimiento que los demás, tachados de ludditas natos.
El movimiento tuvo además adhesiones en el Parlamento, entre ellos, Lord Byron. Lord Byron dio un discurso en la Cámara de los Lores, en 1812, donde argumentó contra un presupuesto destinado a convertir los asaltos a las fábricas en un crimen penado con la muerte, lo que se denominó como movimiento popular.
El luddismo ilustrado defendía que el sabotaje merecía la pena, ya que el sabotaje defendía al luddismo. El filósofo francés Bernard Stiegler se dedicó a pensar y actuar en el cruce entre técnica, filosofía y política mientras se encontraba en prisión. Este filósofo, intentaba ver el aspecto crucial de la tecnología.
Andoni Alonso habló acerca del concepto de software libre, puesto que es importarte por lo que llegó a implicar. Supuso un trabajo comunitario, basado en compartir, en el que una red de personas trabajaban en libertad para poder decidir en conjunto, yendo de la mano de las telecomunicaciones. “Todas las telecomunicaciones son aparatos nemotécnicos” añadió el conferenciante.
En la conferencia se habló también de marketing, conduciéndolo hacia el camino de los deseos. Nuestra individualidad nace a raíz de un contexto social, por lo tanto, hablamos de transindividualización, un sistema de control y fuerza. Un sobrino de Freud decía: “La gente no sabe lo que quiere, por lo tanto, hay que meterle consumo, marketing”. En consecuencia, podríamos decir que, en parte, internet se ha convertido en control absoluto. Tenemos el ejemplo más reciente, el COVID-19. Internet ha conseguido que los individuos sean vulnerables, aislados, individuos controlados, tal y como estaba pasando con los trabajadores y las máquinas.
Los ludditas habían llegado incluso a ser vistos como los contrarrevolucionarios de la “Revolución Industrial”. Idea de una revolución tecnológico-social en la que se oponían tanto política como reaccionariamente al capitalismo. Las máquinas que provocaron los primeros desastres ludditas han dejado a la población en la calle durante varios siglos. Una relación amor/odio entre humano y máquina.