15 de septiembre de 2020.
Da comienzo el curso académico 2020-2021 y, con él, se publica el número 29 de nuestra revista. No hay duda de que es éste un curso particular. Si ya la pandemia se hacía notar en el número de marzo 2020, ahora, con más motivo, puesto que la enfermedad no nos abandona y, lejos de ello, soportamos la mayoría, en nuestros respectivos países, la segunda ola. En varios de los artículos que aquí aparecen hay referencias, explícitas o implícitas, vagas o concretas, a la situación de confinamiento o a la enfermedad y sus efectos. Ya sea al abordar el auge de los populismos, como lo hace el Profesor Boëne, ya sea al ocuparse del teletrabajo, como lo hace Chiara Furios, los efectos de la COVID-19 se dejan notar.
La apertura de la revista hacia las nuevas tecnologías, que ha provocado, meses atrás, incluso, el cambio del nombre de la revista, se justifica por la presencia de textos con referencias continuas al ámbito electrónico; ya sea la tecnología DLT, que aborda Rubén Rodríguez Abril, ya sea la desinformación electoral, que aborda la Profesora Loreto Corredoira, ya sea la digitalización en un país concreto, como es el caso de México visto por la Profesora Miryam Alcalá o de una Institución específica, como se ve en el estudio de Edgar Vázquez y Jorge Romero, va quedando poca duda del vuelco consumado en el ámbito de la información y, por lo tanto, del derecho a la información. Ahonda también en ciertos aspectos de la comunicación ideológica el Profesor González Requena, al interesarse por las encuestas políticas.
No nos abandonan, desde luego, las preocupaciones por los estudios fundamentales. En esta línea, el trabajo de Elisa Gutiérrez García sobre el concepto de obra audiovisual o el análisis del Profesor González Radío, sobre la contratación pública y la transparencia. También, sobre la transparencia, ha valorado la Redacción que debía incluirse el Informe TRA.BU.COM. (el grupo consolidado de la Universidad Complutense “Transparencia, Buena Gobernanza y Comunicación, 931036”) que respalda el III Diploma a la Universidad Pública Española Más Transparente (2020), recaído sobre la Universidad Autónoma de Madrid, a la que felicitamos desde aquí.
Es para nosotros un motivo de tristeza, humana, que disculparán los lectores, y compartirán, seguramente, confirmar el fallecimiento de un miembro de la comunidad derecom. Rosa María Ortiz Hernández ha sido una autora ilustrada, primero, y una árbitro delicada y profunda, después. Profesora de la Universidad de Guanajuato (México), en la División de Ciencias Naturales y Exactas, estaba especializada en gestión e innovación tecnológica. Vino de la mano de Leticia Porto Pedrosa y ya se quedó.
La doctora Porto Pedrosa, que tantos servicios ha prestado a esta revista, se refiere a ella como Rosi Ortiz, tal como le gustaba que la llamasen sus amigos, y nos informa de que nos abandonó a finales de noviembre de 2019 “dejando un tremendo hueco que no será fácil cubrir por su enorme valía y su inmenso corazón. Nunca se cansó de luchar... Y ha sido un gran ejemplo de superación y constancia durante estos años para todas las personas que hemos tenido el placer de conocerla y de compartir su amistad. Ella se hacía sentir como parte de la familia, por su calidez, por su sencillez, con esa dulzura que siempre tenía en sus palabras y dispuesta a sonreír en todo momento para hacer más llevadero lo que tocaba. La vida no se lo había puesto fácil, pero ella supo sacar lo mejor hasta de un proceso tan duro como la enfermedad por la que atravesó durante largos años sin dejar de cosechar méritos. Entre sus principales logros destacan, además de la mencionada exitosa carrera como Profesora de la Universidad de Guanajuato, sus puestos como Coordinadora de la Maestría en Gestión e Innovación Tecnológica y Vicepresidenta de AISOC (Asociación Iberoamericana de Investigación en Sociología de las Organizaciones y Comunicación). Son múltiples sus facetas profesionales y personales que convirtieron a Rosi Ortiz en una mujer fuerte, valiente, generosa y extraordinariamente competente en el ámbito de la Sociología de las Organizaciones y la Comunicación. Le agradecemos su enorme implicación en nuestros proyectos y le deseamos un descanso eterno, con una mención especial de cariño hacia su hijo Omar y el resto de sus familiares y allegados”.
Solo nos queda recomendarles, queridos lectores, que, además de leer los trabajos que les presentamos en el número 29 de la revista, repasen los textos de Rosi Ortiz, que podrán encontrar en la hemeroteca de www.derecom.com y que llevan por título Innovación y conocimiento tecnológico en la sociedad del siglo XXI: la revolución de las TIC’S (número 13) y Del Gis al Tweet: Un Aula Global. La construcción de nuevos escenarios educativos a través del uso de TIC en el aula (número 11) y que ustedes respaldaron, en su momento (2013 y 2012) con 2245 y 2059 descargas, respectivamente. Hasta siempre, querida Rosi, hasta muy pronto, queridos lectores, si Dios quiere.