Como, a menudo, nos sucede, cada número de esta revista es una sorpresa. Solo cuando hemos leído todas las propuestas y seleccionado, de la mano de nuestros árbitros, las que encajan en la línea editorial, tenemos la impresión de que estamos al día en los temas que realmente preocupan a los estudiosos del Derecho de la Información o de otras disciplinas conexas con el Derecho de la Información o que de alguna manera aportan conocimientos o reciben conocimientos de nuestra Ciencia.
Este número, por ejemplo, es una muestra palpable de que las preocupaciones sociales, de la sociedad española, son las inquietudes de los pensadores, intelectuales, estudiosos o ensayistas; las cuestiones medioambientales, de nuevo, sobre la mesa, en relación con la falta de información o con la incorrecta gestión del deber de informar por parte de las autoridades locales o regionales. Este es el tema sobre el que opina el equipo que encabeza Carmina Elvira, a quien acompañan Luis Moral y Salvador Elizalde. La regulación legal de la violencia de género y el rol de los medios de comunicación en la difusión del conocimiento del delito es otro asunto de plena actualidad que, aquí, aborda Melania Palop. Incidiendo aún más en la cuestión de género, Miguel Ángel Barbero profundiza en la lucha de las mujeres golfistas españolas en todos los órdenes, incluyendo el jurídico, para destacar la desconsideración de su derecho a la imagen por parte de los propios órganos gestores del deporte. Las tecnologías y su repercusión en un derecho tan fundamental como el de las convicciones religiosas es un tema que aborda Sebastian Ciancio. La emigración mejicana, en la región española de Cataluña, como modelo de soft power es otro ejemplo de asunto de actualidad inesperado en una publicación como la nuestra. No obstante, tiene su sentido en la medida en que se trata de un análisis cuantitativo sobre medios de comunicación, tratando de orillar, precisamente, el Derecho, la fuerza y la coacción y buscando actuar por el lado de la diplomacia, el tacto y las buenas prácticas. Así lo contempla José Ramón Santillán. De la tercera edad se ocupa Olga Pérez Arroyo, en un trabajo sobre los abusos cometidos por descendientes que, sin embargo, osan reclamar su herencia al fallecer sus familiares más cercanos, sus padres, a los que vejaron, injuriaron o calumniaron en vida y, precisamente, en los últimos años, los más difíciles, de sus vidas, siendo las injurias uno de los delitos típicos en el estudio del derecho a la información. Daniel Montaño se aproxima a las emisoras de radio comunitarias, en Méjico, lo que es también un reflejo de los derechos de participación y transparencia en las sociedades avanzadas del siglo XXI.
Terminando, prácticamente, llega el agudo trabajo académico de Laura Caballero, sobre el honor, un derecho nunca suficientemente estudiado, el de Serafín Chimeno, con su reflexión decidida sobre el periodismo y la justicia, y la reseña de Félix Rebollo sobre la obra de Boix Palop, Martínez Otero y Montiel Roig Regulación y control sobre contenidos audiovisuales en España (Thomson Reuters Aranzadi, 2018).